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"Si bien dentro de la historia del arte universal la realización de murales fue la primera manifestación pictórica, pudiendo decirse que es la más antigua de las disciplinas, en Chile ha tenido, hasta el momento, una práctica que podemos calificar de "joven", puesto que no hay ejemplos de ella que superen un siglo de existencia. El arte nacional, durante largo tiempo confinado para disfrute de algunos, los mismos que realizaban encargos a los pintores, tuvo en la práctica muralista el primer atisbo de "socialización"". Paula Domínguez Correa nos invita a recorrer el camino del muralismo en Chile, desde el arte institucional hasta el arte popular, de la mano de académicos y autodidactas, desde las obras de los mexicanos Siqueiros, Guerrero y González Camarena en Biobío a las emblemáticas pinturas del brigadista "Mono" González, mostrándonos muros que detienen el avance del desastre con el puro poder del color, la forma, la imagen, la idea; un camino en el que los chilenos fácilmente pueden reconocerse y recrear la historia de su país, un país en el que tanto dictaduras como terremotos pueden ser superados a través del exorcismo del arte.